Retomando el «Especial complementos«, vamos a cerrar el tema de la Henna con la segunda utilidad más generalizada que se le dá. Los tatuajes de Henna.
Al contrario que los tatuajes «tradicionales» en donde la perforación de la epidermis es el factor que lo mantiene indeleble, en los tatuajes de henna tan solo se colorea la epidermis, obteniendo una coloración temporal pero manteniendo intacta la estructura dermatológica. Actualmente, en la sociedad que vivimos (si, esa tan genial que vemos en los anuncios 😉 ), la estética juega un papel primordial en la aceptación del individuo como tal dentro de ella; y en el caso de los tatuajes temporales, eso quizás haya añadido un factor determinante para inclinarse por esta opción. Si bien no conservan el «concepto» original del tatuaje, adoptan la premisa de la temporalidad jugando entre la decoración y el supuestamente eterno maquillaje.

Pero si analizamos algo más, podemos entender el tatuaje de Henna como quizás originariamente se desarrolló; como un complemento al maquillaje. Una forma más de adorno femenino que, entonces se entendería mejor, nunca podría llegar a considerarse como permanente. Al igual que la coloración del pelo, podría asimilarse esta técnica.

Como maquillaje, la Henna aplicada al cuerpo, al igual que la aplicada al pelo, resulta no solamente indolora, sinó segura, bella y, según dicen algunos, beneficiosa. Pero la Henna para tatuajes NO es la misma que la utilizada para el pelo. Así como en el pelo nos encontrabamos con dificultades para colorear un pelo oscuro a claro, en el caso aplicado a la piel, no hay problemas en ello, ya que todas partimos de un mismo tono generalizado de piel (vaaale, la piel negra es diferente, pero ya me entendeis, caramba 🙂 ). Solamente hay un factor común en la henna para el pelo y la que se aplica a la piel, y es la de PROHIBIR LA HENNA NEGRA. Como menciono en el anterior post, y en inumerables sitios está advertido, lo vuelvo a poner porque considero muy importante el saberlo:

La Henna natural no es negra !!, desde su implantación y moda en Occidente, y para poder abastecer a un mercado más amplio, algunas casas han puesto a la venta Henna de color negro. Esto no supondría ningún problema para la salud, si es que no empleasen la p-fenilendiamina o PPD, una sustancia empleada normalmente en el tinte para el cabello, que puede producir diversas reacciones alérgicas, como picores, enrojecimiento, manchas, ampollas e, incluso, decoloración permanente de la piel y cicatrices en la zona decorada. Además, la AEMPS recuerda que el uso de esta sustancia «está prohibido» en España.

Dicho lo cual, vayamos a ver como preparar la pasta para un tatuaje de henna. Según lo que he podido ver, la manera más generalizada es la siguiente:

  • Pasa el polvo de henna por un colador, para evitar que queden residuos demasiado grandes.
  • Coloca unas cucharadas del polvo de henna en un bol. Asegúrate que las cantidades sean suficientes para realizar el diseño que tienes pensado.
  • Agrega un poco de azúcar y jugo de limón o lima. Medio limón es una cantidad suficiente.
  • Agrega también café o té común muy fuerte y muy caliente. Yo la suelo preparar con té negro muy concentrado.
  • Y por último añade 2 o 3 gotas de aceite de eucalipto, aunque si no lo consigues, no pasa nada. Si no quieres echarlo en la mezcla, cabe la posibilidad de mojar la zona de la piel a tatuar con un algodón con el aceite de eucalipto y dejar que se seque. De esta manera conseguirás que se abran los poros y la henna penetre mejor.

Para encontrar cuales son las mejores proporciones de agua y té o café, aconsejan preparar el mismo día tres boles pequeños (con una cucharada basta) y en cada uno poner cantidades de agua diferente. Cuando repose, fijaros en cuál está la mejor mezcla y decidid la mejor proporción. Como bien apuntan, recordad que la henna es muy caprichosa, así que no intenteis rebajar una pasta de henna porque la pasta no absorbe bien el café, el agua o el té a posteriori, con lo que te quedaria mucho peor.

Dejad reposar la pasta de henna entre 24 y 48 horas en el bol tapado con papel film y cuando ya haya reposado la pasta, remuevela en el bol para que se mezcle bien con el í­quido que quede.

Si la pasta te saliese irregular es porque al reposar se ha llenado de burbujas de oxígeno. Para eliminarlas, prensad bien la henna en el cono y después haced el agujero a la bolsa, no al revés.

Claro que si no disponeis de tiempo, u os dá un palo increible empezar a poneros a potinguear, siempre podeis adquirir el rotulador de Henna que, como bien dicen en Chicageek, es mucho más fácil y disponeis de dos tipos de puntas (fina y gruesa) para poder pintaros con más facilidad lo que querais 😉

rotulador henna

Luego viene la aplicación, y aquí si que no hay vuelta de hoja. O eres una artista nata, o te bajas algunas de las cientos de plantillas de internet, porque para que quede bien… 😉 Para más información, plantillas, artículos, productos, etc… podeis visitar la Henna Page, Tatuajes de Henna, etc…

Personalmente, no he probado este método, así que si alguien se anima que diga como le fué. Aquí os dejo algunas fotografías más de las preciosidades que se pueden crear.

Si te ha servido o lo has encontrado útil, o simplemente te a gustado, salúdame por los comentarios. Lo agradezco más de lo que piensas, ;) Gracias.
Marina Salvador